Descripción
Radicado en el pueblo fabril de Santa Rosa, Veracruz en 1906 Camerino Z. Mendoza se adhirió al movimiento que planteaba derrocar al gobierno dictatorial de Porfirio Díaz. Vivió la efervescencia proletaria, la creación de los Círculos de Obreros Libres y el cambio de sus líderes radicales por otros maleables, que sin embargo no pudieron contener la revuelta del 7 de enero de 1907, famosa por su elevado saldo de obreros masacrados. Desde 1909 Camerino perteneció al ala radical del modernismo. Su coraje, ambiciones y preparación le indujeron no sólo a ser un militante más, sino a acaudillar un movimiento que actuó en un cordón que partía de Santa Rosa, subía al altiplano y seguía por pueblos del sureste de Puebla hasta desembocar en la estratégica ciudad de Tehuacán. La toma de ésta por las fuerzas de Mendoza (14 de mayo de 1912) fue tan importante para Madero que éste le confirió el cargo de gobernador provisional de Puebla. Ejerció el puesto sin salir de la zona y por tanto limitadamente, mientras en la capital poblana los maderistas moderados presionaron con éxito al presidente para que reconociera a otro gobernador. A esta decepción se sumaría en Camerino la del licenciamiento forzado de sus tropas y, peor aún, su aprehensión por el delito de “rebelión”. Tras su pronta liberación se le alejó de Orizaba enviándolo a Morelos, al frente de un grupo de irregularidades. Tenía poco de haber llegado a la capital cuando Madero fue asesinado (22 de febrero de 1913). Esta felonía lo decidió a volver a Santa Rosa el 7 de marzo, a fin de organizar una rebelión contra Victoriano Huerta, pero los federales atacaron su casa en la madrugada siguiente, y prendiéndole fuego lograron matarlo a él, a dos de sus hermanos y a otros seguidores, aparte de una decena de obreros fusilados el mismo 8 de marzo, a plena luz del día. Así terminó su vida, enfrentando a un gobierno usurpador, que se instaló cometiendo un crimen de Estado.