Descripción
Maximino Ávila Camacho es una de esas figuras de la historia posrevolucionaria mexicana que apelan a la imaginación. A más de sesenta y cinco años de su muerte sigue provocando interés y controversia. Aún más, en las últimas décadas ha aumentado la producción de trabajos sobre él, y lo que representa del pasado político de Puebla y México. En 1996 el primer gobierno panista de la ciudad de Puebla decidió quitar el nombre de Maximino Ávila Camacho a esa céntrica calle de la ciudad. Ese acto simbólico representaba cambios importantes en la realidad política del país, en especial la pérdida de la “naturalidad” del dominio priísta sobre la entidad y otros territorios de la república. También inauguró una nueva etapa de reflexiones históricas sobre los significados de Maximino Ávila Camacho y el avilacamachismo, tanto para la historia regional como para la evolución del sistema político mexicano en general. Dentro de ese contexto se presenta ahora el trabajo de Alejandro Quintana, sin duda la investigación más exhaustiva sobre ese hombre a quien Gonzalo N. Santos llamó “el toro más difícil”; un hombre impulsivo, voluble, lleno de libido dominandi e indomable… excepto, como argumenta el autor, frente a las reglas informales que le imponía la realidad política unipartidista. La investigación de Quintana forma parte de una nueva generación de trabajos que toman a importantes personajes como espejos de una fase clave en la historia posrevolucionaria mexicana, comúnmente conocida como la fase de consolidación del régimen del partido único. En este sentido, Quintana mira el fondo del sistema político mexicano a través de la vida de Maximino Ávila Camacho. (Wil G. Pansters).